LAS VIDAS PASADAS – Psicoterapia de regresión a otras vidas

A la memoria de Helmuth

Aída Reboredo Arroyo

Existen registros de información de vidas y acontecimientos pasados a los que no se tiene acceso en el estado de vigilia común. Sin embargo, en sueños, visiones, meditación y psicoterapia de regresión se revela esta historia de nuestras vidas, abriéndose la posibilidad de interactuar con las personas y circunstancias que se manifiestan. Conocer estos registros permite consolidar el aprendizaje favorable al desarrollo de la conciencia unificada del sujeto y transformar la conciencia fragmentada que provoca la repetición de encarnaciones. Estas experiencias grabadas en el cuerpo energético se activan en cada nueva materialización, con independencia del tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrieron y la vida en curso.

Ignorar las vidas pasadas no anula su influencia en la vida presente. Al morir el cuerpo físico, el cuerpo energético experiencial continúa existiendo y eventualmente se vuelve a manifestar dando forma a un nuevo cuerpo material. Existe una unidad intrínseca entre el cuerpo material y el cuerpo energético portador de la información de vidas pasadas. Esta integración entre ambos cuerpos se disuelve con la muerte del cuerpo físico, pero la experiencia de esa vida queda grabada en el cuerpo energético, también llamado alma o espíritu. No sólo se conserva la experiencia humana sino la de todo lo existente, visible e invisible.

Aunque los registros de información disponibles en el cuerpo energético puedan ser conocidos por medio de la psicoterapia de regresión, de la meditación, de visiones y sueños, esta información deberá interpretarse y ser asimilada por el sujeto antes que pueda producir un efecto lo suficientemente significativo como para transformar su sistema de creencias y crear cambios sustanciales en su vida. El entendimiento del sujeto se expande al darse cuenta que el pasado no sólo humano, sino el pasado de todo lo existente, se encuentra registrado en eterno presente. Cuando desaparece la visión fragmentaria de la existencia se alcanza de forma intuitiva, más que racional, la certeza de la unidad.

Como fruto de la psicoterapia de regresión a otras vidas se facilita la transformación del sistema de creencias que reduce la existencia a un principio y un final. Cambian los paradigmas: el espíritu y la materia, la vida y la muerte dejan de ser percibidos como dualidades y se comprenden, más allá de sus características particulares, como distintas expresiones de la unidad. En otras palabras, el espíritu, la materia, la vida y la muerte son reinterpretados como manifestaciones de una esencia común, divergentes sólo en apariencia. Como fruto del nuevo entendimiento la persona toma en cuenta lo particular y la dualidad como necesarios para comprender e interactuar en la realidad material, pero ya no se perderá en fenómenos singulares. Liberada de la confusión previa se mantendrá, sin interrupción, consciente de lo general. La persona deja de estar dividida entre el presente, el pasado conocido y desconocido, y un futuro incierto al adquirir la convicción de la continuidad de la existencia tras las cortinas de la aparente finitud material.

La psicoterapia de regresión permite el acceso consciente al registro de información grabado en el cuerpo energético. En este registro el pasado y el presente se reflejan de manera similar a como ilustra la metáfora de la Red de Indra: una infinita red de finas cuerdas sostiene gotas de rocío; cada gota de rocío refleja a todas las gotas sostenidas en la red y a su vez es reflejada por cada una de ellas. Aplicando esta metáfora al tema que nos ocupa, esta red existiría no sólo en el plano físico espacio-temporal  interrelacionando personas, sino también en la conexión que existe entre diferentes tiempos y espacios, ligando experiencias individuales de vidas pasadas con la vida presente y relacionándolas simultáneamente con las vidas pasadas-presentes de los otros.

La historia de un individuo no inicia en la vida intrauterina: es mucho más antigua, y tan antigua como desconocida para el común de la humanidad. Un sujeto no está solamente determinado por la suma de circunstancias de su vida presente, sino por las experiencias  acumuladas en existencias previas. La psicoterapia de regresión aporta elementos que permiten detectar características que se repiten en diferentes vidas y permanecen activas en la actual. El conocimiento de estas pautas reiteradas permite interrumpir las repeticiones que originan sufrimiento y potenciar las experiencias que generan paz y alegría permanentes. Las experiencias que generan sufrimiento son aquellas que parten del egoísmo e infligen daños contra sí mismo o contra otros. Las que consolidan paz y alegría derivan de acciones desinteresadas de compasión. Con frecuencia los conflictos severos entre personas  —entre padres e hijos, hermanos, socios de negocios, parejas— provienen de hechos acontecidos en vidas pasadas que permanecen pendientes de solución. Las entidades vivientes se mantienen enlazadas vida tras vida por la ley de afinidad y por responsabilidades contraídas en existencias anteriores. Cada encarnación a la que se accede es una oportunidad para aprender a liberar el poder del amor.

La persona se empodera al darse cuenta que no son los otros, ni es la suerte ni tampoco la desgracia las que crean el estado en que vive, sino que sus circunstancias son moldeadas con la energía de sus propios pensamientos, intenciones y acciones que generan efectos a corto, mediano y largo plazo, incluso más allá de la presente vida. La comprensión de la continuidad de la existencia consciente, de la permanencia del cuerpo energético y de la muerte como un acontecimiento que sólo desintegra al cuerpo material, transforma la falsa creencia de individualidad desvinculada del conjunto y de responsabilidad limitada al grupo inmediato de pertenencia —familia, amistades—. En consecuencia, la persona se mantiene alerta a cada encuentro, que pudiera ser un reencuentro o el inicio de una nueva relación que, en ambos casos, es muy probable que se extienda más allá de la presente vida. De este modo se vive con los ojos abiertos: cada circunstancia se aprecia como una oportunidad para corregir errores, para prevenir daños a nuestras propias personas o a los demás en ulteriores relaciones de la vida actual o de vidas futuras, o para iniciar una nueva relación de bien.

Las imágenes que se despliegan en la mente durante las sesiones de psicoterapia de regresión aportan información detallada acerca de la época y lugares en que ocurrieron los hechos, así como de las características específicas de las personas involucradas. La información se recibe con precisión de sonidos, colores, luminosidad, olores, entre otros datos útiles para ubicar la época y el lugar donde ocurrieron los hechos observados. En algunas ocasiones, quien está experimentando la regresión siente repulsión o temor ante personas;  en otras se conmociona al reconocer a personas amadas que perdió en alguna otra vida. En ambos casos el psicoterapeuta propicia el acercamiento y el diálogo, sea para solucionar el conflicto o para reafirmar las consecuencias sanadoras del reencuentro. En la revisitación del pasado el sujeto con frecuencia se reconoce a sí mismo bajo otra identidad. Es posible comprobar la veracidad de la información obtenida —nombres y apellidos, nombres y descripciones de pueblos desaparecidos siglos atrás, fechas históricas— en registros civiles, en mapas, en antiguos acontecimientos históricos cuyas fechas en algunas ocasiones son expresadas en calendarios desconocidos para el sujeto en regresión y que se corresponden con precisión a sus equivalentes en el calendario gregoriano.

El método de psicoterapia de regresión a otras vidas al que me refiero, consiste en inducir un estado de relajación profunda a través de respiraciones pausadas, sin incurrir en hiperventilación ni en estados alterados de conciencia. El psicoterapeuta guía al individuo para lograr la observación detallada y la verbalización precisa de las imágenes y sonidos que se despliegan en su mente. El uso del lenguaje permite trasladar a registros conscientes imágenes que tienden a ser semejantes a las oníricas. La persona guía debe permanecer atenta a gestos y movimientos corporales, así como ser cuidadosa en la recolección de datos para detectar lo esencial y evitar desvíos hacia temas secundarios que oculten la información relevante. La posibilidad de desentrañar la trama central depende de la intuición, además de la atención y concentración plenas. La intuición es la forma de conocimiento instantáneo indispensable para incursionar en las realidades paralelas. Mientras que el razonamiento es resultado de experiencias previas, la intuición irrumpe súbitamente ofreciendo una comprensión inmediata. A través de la intuición se accede a fuentes de información que están fuera del alcance de la racionalidad.

Conocer las vidas pasadas transforma la visión del mundo y de sí mismo. Aquello que antes de las experiencias de regresión era considerado una colección de fragmentos separados, aleatorios y sin relación entre ellos, se entiende posteriormente como un amplio campo de posibilidades de interacción donde la conciencia observante no sólo trasciende las innumerables muertes físicas, sino conserva lo aprendido en cada una de ellas. Como consecuencia de esta revolución interior el individuo se libera de los pensamientos y sentimientos inherentes al sistema de creencias fundamentado en la fragmentación de la existencia. La vida adquiere un significado infinito y eterno.

Cada vida ofrece un abanico de posibilidades no sólo para rectificar errores y potenciar aciertos de vidas pasadas, sino para generar nuevas circunstancias. Cada nueva materialización del cuerpo energético constituye de este modo una plataforma constructiva, no obstante que esté anclada en las vidas anteriores y condicionada por ellas. La vida después de la muerte es la continuidad de nuestra existencia y la historia de vidas pasadas no es un tema ajeno a nuestro presente.

Fotos Vivian Maier. Google.

Acerca de la autora

Aída Reboredo Arroyo
Aída Reboredo Arroyo
Es autora de libros y artículos; cofundadora del primer centro de estudios de la mujer en México. Es Psicóloga Clínica con estudios de maestría y doctorado realizados en Francia y Brasil. Fue profesora universitaria en diversas instituciones académicas de la Ciudad de México y de Veracruz, así como cofundadora de las Agencias Especializadas en Delitos Sexuales.

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