Para Ching-Hua (Benita) Kung y los Maestros del Tao, en agradecimiento
Aída Reboredo Arroyo
Arrepentimiento significa cambio de visión, vuelta atrás, retorno: no consiste en culpa, vergüenza y castigo como es común suponer debido a la manipulación que sufrió el concepto convertido en doctrina por parte de religiones destinadas a salvaguardar los intereses de los grupos dominantes. Proviene del latín repaenitere, vuelta atrás para satisfacer la falta de algo, cambio, corrección, pasar de una mentalidad errónea a una acertada. El vocablo hebreo más frecuentemente usado en el Antiguo Testamento en referencia a los errores producidos por la visión falsa, hattāt, proviene de la raíz hebrea ht’ que significa errar el blanco o desviarse de la meta. Hamartia, perder la meta, errar el blanco, es la palabra griega usada en el Nuevo Testamento para traducir el término arameo khata (1).
El arrepentimiento fue reducido al orden moral, desvirtuándose el mensaje original ligado a la emancipación de la conciencia y perdiéndose así su sentido liberador. Quien desconoce la conciencia de unidad creyéndose un individuo separado, se convierte en esclavo de inseguridades y temores que lo llevan a vivir de confusión en confusión. El arrepentimiento, el retorno, darse cuenta, lo regresa y consolida en su propio espíritu, en su budeidad, en la ‘mente de Cristo’, en el Tao. Quien olvida su verdadero origen e identidad se convierte en marioneta del ego falso buscador de seguridades, longevidad, salud y riquezas en las arenas movedizas de las manifestaciones impermanentes.
Adherirse a lo que por naturaleza es impermanente aprisiona en espejismos que desaparecen cuando se descubre la verdadera identidad. Dijo Jesús: Si la gente os pregunta: ¿De dónde sois? decidles: Venimos de la luz, en donde la luz nace de sí misma. Donde se alza y se manifiesta en su imagen. Si preguntan: ¿Quiénes sois? decidles: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si os preguntan: ¿Cuál es el signo de vuestro Padre que está en vosotros? decidles: Es movimiento y reposo (2). Jesús dijo Yo soy la luz del mundo (3) Ustedes son luz del mundo (4).
El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios ha llegado; arrepiéntanse… (5). El arrepentimiento y el reino proclamados por Jesús significan la liberación de conceptos erróneos, el cambio radical de conciencia, la corrección de la visión errónea de fragmentación a favor de la visión del reino como conciencia de unidad, de entrelazamiento. …el reino de Dios está entre ustedes (6). …el Reino es lo interior y lo exterior a vosotros (7). El reino de Dios es el centro del Evangelio: en Marcos, Mateo y Lucas la palabra euaggelion, buena noticia, se entiende como equivalente del reino anunciado y realizado por Jesús. El arrepentimiento marca el cambio de rumbo que inicia la vida compasiva del reino. El mensaje y la obra de Jesús no constituyen enseñanzas doctrinales, sino la práctica del reino con pensamientos, sentimientos, intenciones, palabras y acciones de compasión. Creer en Jesús significa un comportamiento compasivo que requiere la transformación de la conciencia fragmentada en conciencia de unidad, conciencia de amor
Jesús cuestionó la religión como poder aliado a los grupos dominantes para generar opresión y no libertad, legalismo doctrinal y no vida, culpa y no espiritualidad, miedo y no paz. Fue en este contexto de opresión donde el arrepentimiento se convirtió en una doctrina de culpa y castigo. Fue también en este marco donde el mensaje original centrado en amar a Dios en el prójimo derivó en teologías postpascuales. El mensaje de Jesús consistió en practicar el amor por encima de todas las cosas, ya que en eso, como consta por los evangelios y era un principio fundamental del judaísmo, se resumía toda la Ley y los Profetas (8).
El poema Ganso salvaje de Mary Oliver es un ejemplo de la tergiversación del término arrepentimiento como sinónimo de culpa y castigo, que es su interpretación más usual: Tú no necesitas ser bueno. Tú no necesitas andar de rodillas mil millas a través del desierto arrepintiéndote (9). El sentido original de la palabra arrepentimiento no implica castigo, ni autolaceración, ni causarse sufrimientos físicos o psicológicos, sino darse cuenta que el error central, la idea de fragmentación, es la raíz de todos los errores secundarios.
Hay dos formas falsas de arrepentimiento que no corrigen este error central: el arrepentimiento en la culpa y el arrepentimiento en el asunto. Si se reduce el arrepentimiento a la culpa produce remordimiento, angustia, inmovilidad, estancamiento. Si se limita el arrepentimiento al asunto particular se pierde de vista la razón de fondo, el error central que es la conciencia fragmentada. Esta ceguera impide darse cuenta que se están alimentando las mismas semillas de ignorancia en otras áreas de la vida. El arrepentimiento en el asunto y el arrepentimiento en la culpa son los modos usuales en los que enfocan su atención las religiones que configuran los criterios de las multitudes.
Mundos, cielos o dimensiones conforman una unidad indivisible que sólo la intuición y los estados supraconcientes logran conocer. La percepción arroja datos dualistas necesarios para la existencia física, pero sólo la intuición y el conocimiento propio de la sabiduría perenne permiten acceder a la información de los mundos sutiles. El conocimiento de la unidad va más allá de las apariencias captadas por los cinco sentidos y la mente; revela que todas las criaturas y mundos son comocuentas de un collarentrelazadas con el hilo invisible del todo. Las jerarquías dominantes obstaculizan el acceso a este conocimiento sutil y liberador que permite reconocernos como integrantes del todo. No puede existir nada fuera del todo, de otro modo no sería el todo. El todo es infinito… es inmutable (…) El todo es Mente viviente infinita: el iluminado lo llama Espíritu (10).
En el estado de ignorancia, la persona se percibe a sí misma como un alma desamparada. Cuando entiende que la existencia es un continuum infinito del que forma parte, cesa la búsqueda de aceptación, seguridad y control. Lo que parecía bueno a la visión fragmentada se entiende como indeseable; lo que parecía pérdida se considera ganancia; lo que producía pesadumbre se convierte en paz; lo que creaba intolerancia e ira genera compasión. Se corrige la identificación con el pequeño yo, se emprende el camino de retorno a casa en la sabiduría de la unidad, sentido que encierran las palabras árabe, hebrea, griega y latina tawba, teshuvah, metanoeo y repaenitere, traducidas como arrepentimiento. Como consecuencia de la visión integradora surge el amor, la compasión que se manifiesta en acciones desinteresadas.
Las gentes del mundo, perdidas en lo externo, se fijan en las apariencias; perdidas en lo interno, se fijan en el vacío. Si eres capaz de desapegarte de las apariencias mientras te encuentras entre las apariencias, y de estar desapegado del vacío mientras te encuentras en el vacío, entonces no estarás perdido en lo externo ni en lo interno. Si entiendes esta verdad, la mente se te abre en un instante; esto se llama abrir el conocimiento y la visión de la budeidad. La budeidad es equivalente al despertar. Se divide en cuatro aspectos. Estos son el abrir el conocimiento y la visión despiertos, el mostrar el conocimiento y la visión despiertos, el entender el conocimiento y la visión despiertos y el entrar en el conocimiento y la visión despiertos (11).
La corrección de la conciencia que la mística judía llama tikun individual, es un proceso de cambios y ajustes de profundidad y complejidad ascendentes cuyo inicio es el arrepentimiento. La corrección la logra quien se mantiene atento a sus pensamientos, sentimientos y acciones. Los otros y las circunstancias reflejan el estado de la conciencia, permitiendo a la persona conocerse a sí misma y asumirse como responsable y no como víctima. A la luz de la conciencia de unidad se detienen los juicios y prejuicios del pequeño yo, así como los pensamientos de exclusión y rechazo. Dijo Jesús: Conoce a aquél que tienes delante de ti, y lo que te es oculto te será desvelado (12).
Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que del Espíritu es nacido, espíritu es (13). La persona con discernimiento espiritual se hace responsable de su existencia y permanece atenta a las correcciones pendientes de realizar. Se corrige la visión: donde sólo se percibían entes separados, donde las personas eran como objetos, se capta la unidad de la existencia más allá de la diversidad de apariencias. El río y sus olas son la misma cosa. ¿Cuál es la diferencia entre el río y sus olas? Cuando la ola se levanta, es agua; y cuando cae es de nuevo el mismo agua. Por haber sido denominada ola, ¿ya no debe considerarse agua? (14). El proceso de corrección, de reparación, involucra a todas las áreas de la persona: su interior —su ser para sí— y su relación con el exterior —su ser para el otro.
Desde el momento anterior de pensamiento, pasando por el momento presente de pensamiento y hasta el momento siguiente de pensamiento, no estaré afectado por la locura ni por el engaño; me arrepiento de todas las locuras y de todos los engaños anteriores y de las demás faltas debidas a ellos, y pido que desaparezcan y no vuelvan a producirse… Me arrepiento de todas mis malas obras anteriores asociadas a la presunción y al fraude malévolos, y pido que desaparezcan inmediatamente y no vuelvan a producirse… Me arrepiento de todas mis malas obras anteriores asociadas a los celos y la envidia malévolos y pido que desaparezcan inmediatamente y no vuelvan a producirse…
¿Por qué se llama arrepentimiento? El arrepentimiento significa arrepentirse de los errores anteriores, de las malas acciones anteriores, de defectos como la estupidez, el engaño, la presunción, el fraude, los celos y la envidia, arrepintiéndose de todas para que no vuelvan a aparecer. Eso es ser penitentes. El arrepentimiento significa, además, lamentar los errores posteriores… ponerles fin para siempre sin cometerlos nunca más.
Cuando se produce la locura, la sabiduría libera; cuando se produce el mal, el bien libera. La liberación de este modo se llama liberación verdadera.(…) … Domeñad interiormente la naturaleza de la mente, respetad exteriormente a los demás: a esto se le llama el autorrefugio. (…) Autorrefugiarse significa liberarse de los malos estados mentales de vuestra propia naturaleza: los celos, la adulación, el egoísmo, el engaño, el desprecio a los demás, la falta de respeto a los demás, las visiones falsas, la presunción, y cualquier mala conducta que pueda tener lugar en cualquier momento. Ver siempre vuestras propias faltas y no comentar lo bueno o lo malo de los demás, eso es el autorrefugio. … La sabiduría produce estados superiores, la locura produce estados inferiores. (…) El autoentendimiento y el autocultivo de las virtudes de la propia naturaleza es el verdadero refugio (15).
Quien tiene la virtud superior, no se tiene por virtuoso; por lo tanto la posee. Quien tiene la virtud inferior, se considera virtuoso; por lo tanto carece de ella. La virtud superior no actúa, ni tiene designios; la virtud inferior actúa y tiene designios. La bondad superior actúa, sin intención… Por lo tanto, cuando se pierde el Tao, se pierde también la virtud… El ritual es la carencia de fe y lealtad, y el inicio de todas las discordias… el Sabio se interesa por la totalidad y no por la parte; busca el fruto y no la flor (16).
(1)Nuevo diccionario bíblico Ediciones Certeza, Illinois 1991
(2) Evangelio según Tomás, Logion 50 Ediciones Índigo, Barcelona 1992,
(3) Juan 8,12 Escritura tomada de la Biblia Peshitta en Español. Traducción de los Antiguos Manuscritos Arameos, Instituto Cultural Alef y Tau AC 2006
(4) Mateo 5,14 Id
(5) Marcos 1,15 Ibid
(6) Lucas 17,21 Biblia Peshitta op cit
(7) Evangelio según Tomás, Logion 3,7.8 op cit
(8) José M. Castillo El Reino de Dios por la vida y la dignidad de los seres humanos Desclée de Brouwer, Bilbao 2000; p 163
(9) Mary Oliver Wild Geese You do not have to be good. You do not have to walk on your knees for a hundred miles through the desert repenting
(10) El Kybalión Editorial Prana, México 2019; pp 40, 41, 43
(11) El Sutra de Huí Neng Edaf y Morales, Buenos Aires 1999; pp 81-82
(12) Evangelio de Tomás, Logion 5 op cit
(13) Juan 3,6 Biblia Peshitta, op cit
(14) Kabir Poema XIV Edicomunicación, Barcelona 2003
(15) El Sutra de Huí Neng op cit; pp 69,71,73,74
(16) Lao Tse Tao Te King 38 Editorial Tomo, México 2012
Acerca de la autora
- Es autora de libros y artículos; cofundadora del primer centro de estudios de la mujer en México. Es Psicóloga Clínica con estudios de maestría y doctorado realizados en Francia y Brasil. Fue profesora universitaria en diversas instituciones académicas de la Ciudad de México y de Veracruz, así como cofundadora de las Agencias Especializadas en Delitos Sexuales.
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Gracias Aida por este nuevo artículo. Tu perspectiva sobre el arrepentimiento fundada en la Unidad, es ciertamente diferente de la que aprendimos y sostenemos, fundada en la culpa y la falsa victimización.
Aunque cronológicamente ya pasé en años la mitad de mi vida, nunca es tarde para aprender y re-orientar el camino, esta vez desde la determinación responsable a corregir los errores desde una nueva conciencia basada en la Unidad. Me encanta cuando dices que “….la idea de fragmentación es la raíz de todos los errores secundarios” y que “Los otros y las circunstancias reflejan el estado de la conciencia, permitiendo a la persona conocerse a sí misma y asumirse como responsable y no como víctima.”
Siempre es u placer leerte. Muchas gracias
Muchas gracias Aída por este artículo maravilloso donde sutil y profundamente me ha llevado a entender y reafirmar una vez más que el AMOR Y LA COMPASIÓN son la clave para el DESPERTAR de la conciencia.
Descubrirme, entenderme, vivir en y como unidad y no vivir fragmentada, para desterrar de mi ser la confusión que he generado al vivir apegada a intereses materiales, internos y externos, victimizándome y culpabilizando a otros de mis errores, justificando estupideces y miedos con el falso ego.
Discernir así con una conciencia despierta cada día y momento si voy por el camino correcto en pensamiento, sentimiento y acción; viviendo sin miedo ni culpa programada por instituciones religiosas o civiles, o autocastigándome en aras de promesas dualistas.
Discernir en amor, en compasión, en paz y en la luz del Espíritu; cuyos frutos se vean sutil y francamente como reconocimiento de haber tomado el camino errado y haber RECONOCIDO Y ASUMIDO con alegría y seguridad en el amor que no era el indicado y con decisión, tenacidad, contracorriente pero en paz NO PERDER DE VISTA EL CAMINO CORRECTO, el Camino del despertar de la Conciencia como fruto del arrepentimiento diario y auténtico.
Muchas gracias Aída.
Ni siquiera puedo en este momento expresar con certeza lo que implica que me hayas enviado esto justo ahora. Tiene no sólo como una cascada de luz si no también como un recordatorio y confirmación de lo que necesito aclararme para las circunstancias presentes. No sólo tiene una belleza por si solo el tema , si no quien lo ha estructurado y enviado. Muchísimas Gracias! Eres un Angelote!
Es un bello artículo y cómo todos los de la Dra.Aída, liberador. El arrepentimiento es en sí una acción que nos regresa a la conciencia unificada. Al identificarnos con el ego falso vemos a las personas como objetos separados. Si entendiésemos la infinitud de la Existencia podríamos ver que no hay carga, ni desagrado que nos cause lo que percibimos con los sentidos y la mente, sino que sólo son un reflejo de nuestro interior. ¿Cómo detectar que estamos identificándonos con la falsedad? La Dra. Aída explica que esto sucede cuando hacemos juicios de nosotr@s mim@as y de l@s demás, cuando nuestros pensamientos generan exclusión y rechazo. Según las profundas y bellas citas que nos comparte la Dra. Aída podemos y debemos recurrir a la Sabiduría perenne al caer en el error de vernos fuera del continuum de la Existencia, de la Luz de la que provenimos y el movimiento y reposo que marca nuestra procedencia. El verdadero arrepentimiento no genera culpa y la repetición del error, por el contrario genera una acción de corrección donde se practica la atención a los pensamientos, sentimientos y acciones propias. La persona que se arrepiente de esta manera es una persona con discernimiento espiritual porque ya está atenta a su existencia y lo que está pendiente por corregir. Este proceso de corrección y reparación es el autor refugio de la persona que está desarrollando su discernimiento espiritual, el autorrefugio es dominar en lo interior la naturaleza de la mente y respetar en lo exterior a los demás “Ver nuestras faltas y no comentar lo bueno o lo malo de los demás”. ¿El arrepentimiento verdadero es “auto entendimiento y auto cultivo de las virtudes de la propia naturaleza”? Regresar a la visión totalizadora es la solución para quien sufre por cualquier error cometido, lo que le llevará a la acción desinteresada que le devolverá a la Vida. Me quedo también con esta hermosa frase “ el Sabio se interesa por la totalidad no por la parte… busca el fruto y no la flor.” Gracias con todo mi cariño por compartir este delicado trabajo Doctora Aída con el fin de llevarnos a la comprensión.